Diez poemas apasionados y uno floral.

QUIERO.
                   I
Quiero recorrerte toda desde 
la primavera de tus dedos,
hasta el otoño cabello
de tu cabeza.
Explorar toda la hermosa
geografía de tu cuerpo,
y establecer provincias
y estados en ti!.
              
                  II
Por una hora en ti,
colorearía los nuevos atardeceres
del carmesí del crepúsculo.
Frisaría el cielo con tu piel
razgada a la mía...
Hundiría mis amaneceres
en tu boca y en tu cuerpo.

                    III
Tierna salvajemente te caminaría
con mis dedos y con mi boca.
Exprimiría el néctar de tu sagrada
fruta de primavera, y en esas ambrosías
de néctares, soñaría hasta el amanecer,
con las primerizas lluvias de mayo
que caen lentamente sobre el tejado
de mi casa, en ráfagas de rocío..

                     IV
En un bocado me resbalaría
en un racimo de tus altos
y frondosos duraznos,
que se guindan en mis deseos
nocturnos, por bajarlos con 
mis labios y exprimirlos
en mi corazón y saborearlos
con la miel de tus ojos.

                      V
Me darás el néctar que en ti
erupciona en los amaneceres,
cuando el gallo entona su primera
canción. Y lo beberé con el cáliz
de la luna, espumante de ti,
 y con esas estrellas,
que palpitan  en tus
latidos y quejidos, bajo la sábana
húmeda del rocío de  abril.

                       VI
¿Me lo darás?

                        VII
Aunque todo me lo negaras
igual en las noches cuando 
el silencio toca mis estrellas,
yo las bajo y te hago mía,
en mi almohada y en mi cama,
y en mi carne sienta palpitar
tu carne, y en mis latidos,
tus latidos.

                           VIII
Y te haces fugaz,
en el magín del ciclópeo cielo.
En las enredaderas de la
telaraña tierra
donde se ahoga
mi voraz deseo por ti.

                            IX
Ahogo de gases volcánicos
y de obsidianas flechas
donde una indiferencia
mata el pájaro de abril.

                              X
En estas cercas de púas
que estableciste de horizonte
cuando te fuiste.

...
POEMA FLORAL.

No quiero saber de nada.
De nada quiero saber.
Sólo una mirada hacia
mis flores a través de esta 
ventana por donde entra el
viento apacible.
¡A ellas! ¡Sólo a ellas 
las quiero ver en este día!
Silenciosas como crecen,
Desprendidas de toda vanidad.
Sencillas en su vestir.
Erguidas sobre la luz.
Y una con ellas quiero ser.
Y nada quiero saber  de este
mundo.
Sólo quiero tener una mirada
hacia mis flores.
Una conversación instantánea.
Un roce. Un sentir íntimo.
El saber que nos amamos.
Un palpitar leve, profundo.
Eterno e indiscreptible.


Rafael Deliso
07/12/2015
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